¿Qué es el phising y cómo evitarlo?

12min

Un correo que parece de tu banco, un mensaje urgente de una red social o una web casi idéntica a la original. Hoy, cualquier despiste puede convertirse en la puerta de entrada para un ataque de phishing. Entender cómo operan estos engaños es el primer paso para proteger tu información personal y financiera. Y sí, tú también puedes ser el objetivo.

Índice

¿Qué es el phishing?

El phishing es una técnica de engaño utilizada por ciberdelincuentes para obtener datos personales, bancarios o de acceso mediante la manipulación psicológica del usuario. En la mayoría de los casos, el atacante se hace pasar por una entidad de confianza, como un banco, una red social o una empresa conocida, con el objetivo de que la víctima revele información confidencial voluntariamente.

Este método de suplantación de identidad no requiere conocimientos técnicos complejos por parte del atacante. Su eficacia se basa en generar urgencia, confusión o confianza en la víctima. Puede llegar por diferentes canales: correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas, aplicaciones de mensajería e incluso sitios web falsos.

A diferencia de otros tipos de ciberataque más técnicos, el phishing se apoya en la ingeniería social: el arte de manipular el comportamiento humano. Por eso, cualquier usuario conectado a Internet es un potencial objetivo, sin importar su nivel de conocimiento digital.

Tipos de phishing más comunes

Aunque el término se utiliza de forma general, existen distintas variantes de phishing según el canal utilizado o la forma en que se ejecuta el engaño. Conocer estas modalidades es clave para identificar y bloquear el intento antes de que cause daño.

Phishing por correo electrónico

Es la forma más conocida y todavía la más utilizada. La víctima recibe un correo que parece provenir de una entidad legítima, como su banco, una plataforma de pago o una empresa tecnológica. El mensaje suele incluir un enlace que lleva a una página falsa (clon de la original) donde se solicita al usuario que introduzca sus credenciales.

Algunos correos incluso contienen archivos adjuntos que, al abrirse, descargan malware en el dispositivo. Estos mensajes pueden parecer perfectamente reales, con logos, firmas y formatos profesionales.

Smishing (mensajes SMS)

El smishing es la variante del phishing que llega por mensaje de texto. Suelen ser mensajes breves que incluyen un enlace o un número de teléfono para contactar con el supuesto remitente. Es habitual que se hagan pasar por empresas de mensajería, bancos o entidades gubernamentales.

Este tipo de engaño gana efectividad por el hábito de responder rápidamente a mensajes móviles, donde además es más difícil comprobar la veracidad del remitente o del enlace.

Vishing (llamadas telefónicas)

El vishing consiste en realizar llamadas falsas en las que el estafador se hace pasar por un empleado de una entidad de confianza. Con un tono serio y profesional, intenta convencer al usuario de que debe proporcionar ciertos datos por motivos de seguridad, actualización de datos o para evitar un supuesto problema.

En ocasiones, las llamadas son grabadas previamente o incluso utilizan tecnología de respuesta automática para parecer más creíbles.

Phishing a través de redes sociales o apps de mensajería

Este tipo de ataque se ha incrementado con el uso masivo de plataformas como WhatsApp, Facebook o Instagram. Los atacantes suplantan la identidad de contactos reales o perfiles oficiales para enviar enlaces maliciosos o mensajes que incitan a realizar acciones específicas: descargar un archivo, registrarse en una web o compartir información.

A veces el mensaje parece provenir de un amigo pidiendo ayuda urgente, lo que reduce las defensas del receptor y facilita el engaño.

Pharming y páginas falsas (web spoofing)

Más sofisticado que otras variantes, el pharming redirige al usuario a una página web falsa sin que lo note, incluso si ha escrito correctamente la dirección en su navegador. Esto se puede lograr mediante malware o manipulando el sistema de resolución de nombres (DNS).

El usuario cree estar en la web legítima y entrega sus datos con total confianza. Este tipo de phishing es especialmente peligroso porque no siempre requiere interacción previa por parte de la víctima.

Cómo reconocer un intento de phishing

Detectar un ataque de phishing a tiempo es fundamental para evitar caer en la trampa. Aunque los métodos se perfeccionan cada vez más, hay señales comunes que pueden ayudarte a identificar un intento fraudulento.

Señales comunes de correos y mensajes sospechosos

  • Correos de remitentes desconocidos o con direcciones sospechosas.
  • Mensajes con saludos genéricos como “Estimado usuario” en vez de tu nombre.
  • Comunicaciones que no esperabas, como un aviso de pago, un paquete retenido o una advertencia de seguridad.

Muchas veces estos mensajes incluyen instrucciones para hacer clic en un enlace o descargar un archivo con urgencia.

Errores ortográficos, dominios falsos y enlaces engañosos

Un indicio claro de suplantación de identidad son los errores gramaticales, frases mal construidas o expresiones inusuales. Aunque algunos mensajes están muy bien redactados, otros muestran fallos evidentes.

También debes prestar atención al dominio del correo o al enlace. Muchos intentan imitar el nombre de la empresa legítima usando caracteres similares (por ejemplo, «banco-seguro.com» en lugar de «banco.com») o subdominios confusos.

Antes de hacer clic, pasa el ratón sobre el enlace (sin pulsar) para comprobar si la dirección coincide con la que esperas. En móvil, puedes mantener pulsado el enlace para ver la URL completa.

Solicitudes urgentes o amenazas como táctica de presión

Una técnica habitual en el phishing es generar sensación de urgencia o miedo para que actúes impulsivamente. Frases como “Tu cuenta será bloqueada”, “Detectamos actividad sospechosa” o “Última oportunidad para verificar tus datos” están diseñadas para que no te tomes el tiempo de verificar la autenticidad del mensaje.

Este tipo de presión emocional es una de las claves del éxito del ciberataque. Ante cualquier duda, lo mejor es detenerse, desconfiar y verificar desde la fuente oficial.

¿Cómo evitar el phishing?

Prevenir un intento de phishing no depende únicamente de la tecnología, sino también del comportamiento consciente del usuario. Aunque los atacantes perfeccionan constantemente sus métodos, hay una serie de prácticas clave que puedes aplicar para protegerte de forma efectiva frente a este tipo de amenazas.

Mantener software y antivirus actualizados

La primera línea de defensa ante un posible ataque es mantener actualizado el sistema operativo, el navegador y las aplicaciones. Muchas veces, los ciberdelincuentes aprovechan vulnerabilidades conocidas que ya han sido corregidas en versiones posteriores del software.

Además, contar con un antivirus confiable que incluya protección contra amenazas en tiempo real y análisis de enlaces puede marcar la diferencia. Algunos programas detectan automáticamente páginas sospechosas de phishing y bloquean el acceso antes de que el usuario caiga en la trampa.

Los parches de seguridad también juegan un papel fundamental. Ignorar las actualizaciones puede dejar expuestos puntos débiles que los atacantes no dudan en explotar.

Verificar siempre el origen de los mensajes

Nunca des por sentado que un correo o mensaje es legítimo solo por llevar el logo de una marca reconocida. Uno de los rasgos característicos del phishing es la suplantación de identidad mediante correos aparentemente oficiales.

Para evitar caer en estos engaños, verifica cuidadosamente:

  • La dirección de correo del remitente (no solo el nombre visible).
  • El contexto del mensaje: ¿esperabas esa comunicación? ¿Tiene sentido su contenido?

Si tienes dudas, lo más prudente es contactar directamente con la entidad a través de sus canales oficiales. No respondas al mensaje ni sigas los enlaces incluidos sin haberlo comprobado antes.

No hacer clic en enlaces sospechosos ni descargar archivos no verificados

Uno de los métodos más comunes de phishing consiste en incluir enlaces que redirigen a páginas falsas o archivos adjuntos que instalan malware en el dispositivo. Por eso, una regla de oro es no hacer clic impulsivamente en ningún enlace que no hayas solicitado, especialmente si llega en un mensaje inesperado.

Los correos que prometen premios, alertas de seguridad urgentes o reclamaciones inusuales son especialmente sospechosos. En estos casos:

  • Pasa el ratón sobre el enlace (o mantén pulsado si estás en móvil) para ver la URL real.
  • Nunca descargues archivos comprimidos, ejecutables o documentos de remitentes desconocidos.
  • No abras enlaces abreviados sin comprobar su procedencia (por ejemplo, usando servicios de verificación de URL).

Activar la autenticación en dos pasos (2FA)

Incluso si tus credenciales son robadas en un intento de phishing, tener activada la autenticación en dos pasos (2FA) puede impedir el acceso no autorizado. Este sistema añade una capa adicional de seguridad que requiere un segundo factor (normalmente un código temporal enviado al móvil) para completar el inicio de sesión.

Hoy en día, la mayoría de plataformas importantes (bancos, redes sociales, servicios en la nube) ofrecen esta opción, y su activación puede marcar la diferencia entre un susto y una brecha real de seguridad.

Además, existen aplicaciones como Google Authenticator o Authy que permiten generar estos códigos sin depender de SMS, lo que añade aún más robustez al sistema.

Educar a empleados y usuarios sobre ciberseguridad

La mejor tecnología de protección es inútil si los usuarios no están informados. La mayoría de los ciberataques de phishing no se producen por errores técnicos, sino por falta de conciencia y formación.

En empresas, la formación periódica en ciberseguridad es esencial. Algunos consejos prácticos para reducir el riesgo:

  • Realizar simulacros de phishing para entrenar al personal.
  • Instruir sobre cómo identificar mensajes sospechosos.
  • Establecer protocolos claros sobre cómo actuar ante una sospecha.

En entornos domésticos o personales, también es importante que todos los miembros del hogar (especialmente niños y personas mayores) comprendan los riesgos de compartir datos personales por Internet. Explicar de forma sencilla qué es la suplantación de identidad y cómo evitarla puede ayudar a prevenir situaciones peligrosas.

Diferencia entre phishing y otras amenazas similares

Aunque el phishing es una de las amenazas más conocidas en el entorno digital, no es la única. Existen otros ataques que pueden parecer similares en la forma o en los efectos, pero que se basan en técnicas distintas. Entender las diferencias entre estas amenazas es fundamental para aplicar las medidas de prevención adecuadas.

Phishing vs. Spoofing

El phishing y el spoofing suelen confundirse porque ambos implican formas de engaño. Sin embargo, la clave está en su alcance y su propósito.

  • Spoofing se refiere a la falsificación de la identidad digital. Puede implicar el envío de correos desde direcciones falsas, la suplantación de IPs o la creación de sitios web que imitan a otros. Su objetivo es engañar al receptor haciéndole creer que la comunicación proviene de una fuente legítima.
  • Phishing, por otro lado, es el paso siguiente: utiliza técnicas de spoofing para obtener datos confidenciales del usuario, como contraseñas, números de tarjeta o accesos a cuentas.

Podríamos decir que el spoofing es una herramienta utilizada dentro del phishing, pero no todos los actos de spoofing tienen fines de robo de información. Algunos pueden tener otros propósitos, como interrumpir comunicaciones o realizar bromas maliciosas.

En resumen: el phishing se basa en la suplantación de identidad (spoofing), pero siempre con una intención clara de capturar información sensible o generar un beneficio directo para el atacante.

Phishing vs. Malware

A diferencia del phishing, que apela a la acción del usuario para robar datos, el malware actúa directamente sobre los sistemas. El término malware engloba todo tipo de software malicioso: virus, troyanos, spyware, adware, entre otros.

  • El malware se instala en un dispositivo, a menudo sin el conocimiento del usuario, y puede:
    • Rastrear actividad en segundo plano.
    • Robar información almacenada.
    • Usar el equipo como parte de una red de ataques (botnet).
  • El phishing, en cambio, no instala ningún programa por sí mismo. El engaño se produce mediante una ventana, mensaje o sitio que parece legítimo, pero que induce a la víctima a entregar voluntariamente sus datos.

En muchos casos, ambos pueden combinarse: un enlace de phishing puede llevar a un sitio donde, además de pedirte credenciales, se descarga malware en tu dispositivo. Esta combinación potencia el impacto del ciberataque y lo hace más difícil de detectar.

La principal diferencia está en la forma de actuación: el phishing se basa en la persuasión, el malware en la infiltración.

Phishing vs. Ransomware

El ransomware es una forma específica de malware que cifra los archivos del usuario y exige un rescate (normalmente en criptomonedas) para recuperarlos. Es una de las amenazas más graves y disruptivas de los últimos años.

Aunque sus consecuencias pueden ser devastadoras, su método de entrada suele diferir del phishing. El ransomware puede llegar a través de:

  • Descargas comprometidas.
  • Vulnerabilidades del sistema.
  • Accesos remotos mal protegidos.

No obstante, el phishing es una vía común de entrada para el ransomware, ya que muchos correos de phishing contienen archivos adjuntos que, al abrirse, activan el proceso de cifrado. Por eso, ambos conceptos están interrelacionados, aunque no sean lo mismo. La gran diferencia es que el phishing busca datos o acceso, mientras que el ransomware directamente secuestra información y bloquea el sistema hasta recibir un pago.

Sergio Arias

Productos relacionados: